martes, 5 de octubre de 2010

La Historia de Tahi

Debido a su aislamiento, los europeos necesitaron casi dos siglos para descubrir Tahití y sus islas. Y todavía hoy, es sin duda este aislamiento  relativo lo que le protege como una isla de paz... y de serenidad.

Y sin embargo los navegantes ya habían pasado muchas veces por aquí: En 1521, Magallanes hizo escala en el atolón de Puka Puka en las Tuamotu. Y no fue hasta 1595 cuando Álvaro de Mendana al venir de las posesiones españolas en América latina, descubrió las Marquesas. En 1606, Fernando de Quirós atravesó las Tuamotus, así como los holandeses Le Maire y Schouten en 1616, y un siglo después en 1722, Roggeven, quien después de haber descubierto la isla de Pascua atravesó las Tuamotu y descubrió Maupiti, mucho más al   Oeste.
Pero fue en junio 1767 cuando Samuel Wallis, en ruta hacia el sur, por fin descubrió la isla  de Tahití, seguida diez meses después por el francés Louis-Antoine de Bougainville y el 13 de abril de 1769 por James Cook en el famoso 3 mástiles «Endeavour». 


Bougainville contó anécdotas extraordinarias de su viaje y de las dos semanas que había pasado en Tahití, lo que contribuyó en gran medida a crear el mito del paraíso polinesio, completado por las observaciones del astrónomo Verón y del naturalista Commerson, que habían formado parte de la expedición a bordo de los navíos « La Boudeuse » y « LÉtoile ».
Pero fue realmente la expedición de James Cook en 1769 a bordo del « Endeavour »   la que trajo las abundantes observaciones geográficas y etnográficas sobre las islas de la Sociedad, y ello gracias a las notas topográficas muy precisas, y a la  presencia, como también en sus dos siguientes expediciones a Tahití en 1773 y en 1779, de botanistas, pintores, y astrónomos. 

En 1789, William Bligh, a consecuencia  del famoso motín del Bounty derivó en una chalupa hasta las Indias Holandesas, mientras que un grupo de amotinados, guiados por Fletcher Christian encontraba refugio en la isla de Pitcairn situada al este de las Australes, y  otro grupo desempeñaba un papel importante en Tahití durante los conflictos intertribales, antes de volver a ser capturados por la Marina Británica.
Los navíos británicos de la época solían venir a anclar al norte de Tahití en La punta Venus. Hacia 1790, el jefe del lugar se alió con los amotinados del Bounty que habían regresado para instalarse en Tahití, e impuso un poder monárquico bajo el nombre de Pomaré. Su hijo, quien en 1803 tomó el título de Pomaré II fue el primero en  convertirse y en aprender a leer y escribir. En 1815 ganó la batalla de Fe'i Pi contra los clanes tradicionalistas, esta batalla afirmó el destino político del archipiélago, y fue proclamado al rango supremo de ari'i rahi (rey de los reyes) de Tahití. A consecuencia del fallecimiento de su hermano menor Pomaré III, la reina Pomaré IV accedió al poder, reinó durante 50 años y en 1842 tuvo que aceptar el protectorado de Francia. Desde 1844 hasta 1846, los franceses y los jefes hostiles a la presencia francesa  se opusieron en no pocas batallas. En 1881, su hijo, el rey Pomaré V aceptó transformar su reino en colonia del Estado Francés. 

En 1888, la anexión del archipiélago de las Islas Bajo el Viento, pronunciada oficialmente por el gobernador Lacascade, provocó la rebelión de Huahine. La insurrección duró hasta 1897. En 1901, Las Australes fueron así mismo anexionadas por Francia.
Aunque muy lejos de los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), los polinesios sufrieron  los asaltos de la flota alemana que chocó contra Papeete y su resistencia. A partir de 1916, más de 1000 tahitianos fueron a engrosar los frentes de Oriente, Champagne, y Marne. 
En 1940 Tahití se alió con La Francia Libre, y el 21 de abril de 1941 los voluntarios polinesios se unieron a los voluntarios caledonianos del Batallón del Pacífico, para ir a combatir en África y en Europa. En 1942, los americanos implantaron en Bora Bora abundantes instalaciones militares de base aérea, pero el frente se desplazó hacia las Filipinas, salvando así al Pacífico Sur.
En 1946, Tahití se convirtió en Territorio Francés de Ultramar, y en 1958  en Polinesia  Francesa. En 1977 las islas recibieron un estatuto de autonomía interna, modificado en 1984, y otra vez en 1990, en la dirección de un incremento del poder ejecutivo local.

  

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