miércoles, 13 de octubre de 2010

El pueblo mao'hi


Los antepasados de los ma'ohi se fueron instalando progresivamente en el triángulo polinesio algunos siglos antes de nuestra era. Las Marquesas fueron las primeras islas del país (el "Fenua") abordadas por aquellos intrépidos navegantes procedentes del oeste (de las Samoa, Fiji, y anteriormente las Filipinas, de Borneo, y de Nueva Guinea, en el Sudeste Asiático). Las Marquesas sirvieron como "base" de explotación para las nuevas migraciones por la zona. Desde este archipiélago mítico, el pueblo ma'ohi, dotado de una voluntad inquebrantable, surcó el Pacífico en tres grandes direcciones para formar lo que hoy conocemos como "el triángulo polinesio": Hawai al norte, Nueva Zelanda al este, y la Isla de Pascua al sur. Hawai fue abordado a partir del año 400 después de J.C., mientras que las islas de la Sociedad fueron colonizadas 2 siglos después.



Primero llegaron a las costas de Raiatea la Sagrada, y desde allí se fueron irradiando hacia las islas vecinas. Algunos de ellos, más intrépidos, continuaron más hacia el sur en dirección de las Australes, y finalmente hacia Nueva Zelanda (900 después de J.C.). Mientras tanto, otro grupo se aventuró más al este y descubrió las Gambier antes de llegar a la Isla de Pascua, (500 después de J.C.) Así se cerró el círculo, y el triángulo polinesio habría de conocer un auge sereno, antes de la llegada de los europeos a fines del siglo XVIII.



¿Cómo se sabe que fue un sólo y mismo pueblo quien inició la colonización del gran Pacífico? Pasemos a la teoría poco sólida, lanzada en la época por la expedición de la balsa Kon Tiki en 1947, que quiso demostrar que los polinesios procedían de América del Sur. Hoy ya no hay dudas. Gracias a numerosas investigaciones entrecruzadas, el mundo científico está convencido: la cuna de nuestros antepasados se encuentra en algún lugar de Asia del Suroeste. Los vestigios encontrados a lo largo de todas las islas son muy claros...



Todos aquellos fogosos exploradores del Pacífico tenían muchas costumbres y técnicas en común, que no permiten la menor duda sobre su pertenencia a una sola y misma civilización. Su odisea nos muestra similitudes muy singulares. Su tendencia a utilizar escrupulosamente los tres mundos, animal, vegetal, y mineral, en su expresión artística es única. Ya sea sobre madera, piedra, o materias vegetales, las representaciones de sus dioses demuestran que estos pueblos estaban bajo una sola y misma influencia divina. El famoso tiki polinesio, un conjunto gesticulante hecho a base de cestería y plumas, en Hawai, finalmente es esculpido sobre madera en las Marquesas, o tallado en roca volcánica en las Australes... e incluso en la Isla de Pascua, los moai, esas grandes estatuas de piedra, que son el resultado extremo. 







También la organización social común a aquellos pueblos muestra analogías indicadoras. Las técnicas originales de pesca, de cultivo, pero también de recolección y de la cría, presentan todas ellas formas muy próximas a través de todas las islas del gran triángulo polinesio...




 


La mayor parte de las plantas que encontramos en nuestras islas proceden del Sudeste Asiático, excepto la batata, gran tema de polémica... Hoy sabemos que los polinesios trajeron con ellos, en sus grandes piraguas dobles que utilizaban en sus expediciones migratorias, cocos, algunas verduras (aje o ñame, taro, uru) y frutas típicas (plátanos, etc), y animales (cerdos, perros, pollos, y... ratas) Pero es el descubrimiento de la cerámica "lapita" quien definitivamente corrobora el origen el pueblo ma'ohi. Esta técnica original de cerámica (tanto en las formas como en los temas) la encontramos a través de todo el triángulo polinesio, y también el Melanesia y en Asia del Sudoeste. 



Otros trabajos han encontrado similitudes entre las lenguas habladas a través del Pacífico, hasta las Filipinas. Y cual no habría sido la sorpresa del navegante James Cook, cuando en 1769 partió de Tahiti llevando a bordo un ma'ohi llamado Tupia, y después de 4000 km y mes y medio de navegación, al llegar a las costas de Nueva Zelanda constató que éste podía conversar con los nativos que llegaban en piraguas para recibir al navío. 



Todos estos pueblos, diseminados por toda la inmensidad del Pacífico, están unidos por una tradición oral a través de una cosmogonía mágica. No se ha encontrado nada escrito, pues los tatuajes sólo tienen una función estética. El saber se transmitía oralmente, del padre a los hijos, del jefe a su sucesor, etc. La civilización ma'ohi no conocía la escritura, o al menos no la practicaba.




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